El gulash es un plato de carne estofada que proviene de
Hungría pero que es muy común en toda Europa central. De hecho, aunque es una comida más Es muy fácil de hacer y
me encanta comerlo cuando hace mal tiempo (es decir, hay unas cuantas
oportunidades durante el año).
El único problemilla que tiene es que lleva un rato hacerlo para que se cueza
bien la carne, así que yo suelo doblar las cantidades y congelar el resto.
Ingredientes:
(para 4 personas)
(para 4 personas)
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50 g de mantequilla
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2 cebollas medianas
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1 pimiento
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2 zanahorias
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2-3 cucharaditas de pimentón dulce
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300 g de carne de ternera
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2 cucharadas de harina
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1 vaso de vino tinto
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3 patatas medianas
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2 tomates grandes o 2 vasos de salsa de tomate
natural
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sal, pimienta, comino, mejorana
Preparación:
En una cazuela grande, funde la mantequilla y rehoga en ella
las cebollas, el pimiento y las zanahorias cortados en trozos pequeños.
Cuando
estén listos, espolvorea el pimentón por encima, revuelve bien y añade un par
de cucharadas de agua para que no se queme.
Aparte,
pica la carne en trocitos muy pequeños, añádela a la cazuela y espolvorea la
harina por encima. Revuelve bien e introduce el vino, la sal y las especias al
gusto. Añade ahora el tomate y 1,5 litros de agua. Deja que se cueza bien a
fuego lento.
Mientras,
pela y corta en trozos pequeños las patatas. Cuando la sopa de la cazuela lleve
un rato cociendo, añade las patatas y cuécelo todo 20 minutos más, hasta que la
carne esté bien tierna y las verduras bien integradas. Retíralo del fuego y
déjalo reposar un rato.
A mí me
gusta darle un par de vueltas con la batidora para que la carne quede mejor
mezclada. Eso sí, solamente le doy un par de vueltas porque me gusta que siga
teniendo trozos.
También
se puede sustituir la ternera por magro de cerdo; sigue estando buenísimo.
Espero
que os guste.
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