Aquí va un desayuno para campeones. A mis enanos les encanta
y lo suelen tomar los fines de semana. Mi marido dice que él se crió también
con ello y la Wikipedia me informa de que es un plato que ya aparece en la
literatura romana, así que si sigue siendo popular hoy en día, por algo será.
Básicamente son torrijas pero menos pesadas para el estómago
porque llevan mucha menos grasa.
En Alemania existen también con el nombre de „Arme Ritter“, que significa „caballero
pobre“, supongo que porque se suelen hacer con restos de pan duro. En cualquier caso, es una manera estupenda de aprovecharlo.
Ingredientes:
(para 4 personas)
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4 rebanadas de pan de molde
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2 huevos (1 huevo por cada 2 rebanadas)
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½ vaso de leche
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Sal, azúcar, canela, miel, especias...
(opcional)
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Un poquito de mantequilla para freír
Preparación:
Más simple, imposible. En un plato hondo, bate los huevos
con la leche, la sal, el azúcar o la miel, o lo que más te apetezca. Empapa
bien las rebanadas de pan de una en una y por las dos caras, y fríelas con un
poco de mantequilla en una sartén. Cuando estén doradas por los dos lados,
pásalas a otro plato y empapa la siguiente rebanada. No las dejes durante mucho
tiempo empapándose o se desharán cuando quieras pasarlas a la sartén.
¡Que
aproveche!
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