Esta receta es perfecta para los días grises. Probé por
primera vez esta sopa en Tiflis en lo alto de un monte y con un viento frío de esos que se mete hasta los huesos, así que me encantó. Tiene una textura cremosa magnífica, el eneldo le da un toque muy suave y es contundente. No se le puede
pedir más a una sopa.
La cocina georgiana se caracteriza por utilizar muchísimas
hierbas frescas. En España es difícil de encontrar estas especias en ese
formato, por lo que se pueden sustituir por la versión seca. Sé generoso con
ellas en esta sopa: es importante que se aprecien bien sus sabores. De hecho, en la foto apenas se aprecian porque he utilizado las secas, pero si las utilizas frescas, el verde debería ser un color dominante en tu plato.
Ingredientes:
(para cuatro personas)
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1,5 l de caldo de pollo
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4 muslos de pollo
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3 zanahorias medianas
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1 cebolla pequeña
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2 dientes de ajo
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200 gr de setas de ostra (Pleurotus ostreatus) aunque se pueden
sustituir por otras
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125 ml de nata o de leche entera
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Eneldo fresco o seco
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Cilantro fresco o seco
Preparación:
Pela y corta la verdura (las setas todavía no) en trocitos y
ponla a hervir en el caldo junto al pollo. Si utilizas las especias secas, como
yo esta vez, añádelas ya también. Si no, espera hasta justo antes de servir.
Mientras se cuece la carne, ve limpiando las setas y córtalas en trozos no muy pequeños. Incorpóralas en la sopa junto a la nata o la leche cuando el resto de los ingredientes esté bien cocido y cuece 5 minutos más a fuego lento.
¡Que
aproveche!
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