Si has estado en Alemania alguna vez, seguro que has visto en cualquier
panadería tartas y pasteles cubiertos de Streusel.
Eso son unas miguitas de harina, mantequilla y azúcar que se usan aquí como
cobertura para muchos tipos de repostería. A mí me recuerdan mucho a la parte
de dentro de los famosos Morenitos de Martínez, gran recuerdo de mi infancia
ochentonoventera.
En cualquier caso, esta tarta no tarda nada en hacerse y entra estupendamente con una buena taza de café. Puede parecer muy secota a simple vista, pero con el relleno ya es otra cosa: de hecho, puede cambiarse por mermelada de otra cosa o fruta natural. A mí la mezcla de ciruela con manzana me encanta.
Ingredientes:
- 500 gramos de harina
- ½ sobre de levadura en polvo
- 250 g de mantequilla (blanda)
- 200 g de azúcar
- 1 cucharadita de azúcar de vainilla
- ½ sobre de levadura en polvo
- 250 g de mantequilla (blanda)
- 200 g de azúcar
- 1 cucharadita de azúcar de vainilla
- 1 huevo
- 350 g de mermelada de ciruela
- 350 g de mermelada de ciruela
- 1 manzana
- mantequilla para el molde
Preparación:
Precalienta el horno a 200 grados. Mezcla la harina y la levadura en polvo en un cuenco grande y añade la mantequilla en trozos, el azúcar, el azúcar de vainilla y el huevo y dale bien de vueltas con la batidora (con el gancho de amasar). Verás que no te queda una masa uniforme, sino un montón de miguitas: el Streusel.
Engrasa un molde redondo (Ø 26 cm) y vierte en él la mitad de la masa. Aplástala con una cuchara hasta que quede un poco compacta.
Pela la manzana y pícala en trozos pequeños; después échalos por encima de la base.
A continuación, extiende por encima
la mermelada hasta que quede una capa uniforme. Por último, echa el resto del
Streusel por encima de la mermelada, con cuidado para que quede extendido de
manera regular.
Hornéalo durante unos 35-45 minutos,
hasta que veas que las migas están doradas. Cuando lo saques, déjalo reposar un
poco para que no se deshaga. Templada está estupenda.
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