El mchadi (მჭადი) es un pan de maíz que no tiene ninguna complicación y me imagino que se
parece bastante al pan de borona que comía mi bisabuelo en las montañas cántabras (y que ahora que lo pienso, nunca he probado; una vergüenza).
Se come caliente y con queso y
suele ser la guarnición de los platos de alubias: para dar más espesor
al plato, se desmiga el mchadi en el caldo después de servirlo.
También se puede rellenar con queso pero esa receta la
pondré otro día.
Ingredientes:
(para 5 panecillos)
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300 g de harina o de sémola de maíz
-
300 ml de agua
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½ cucharadita de sal
Preparación:
Si usas sémola, calienta el agua hasta que hierva para
escaldarla. Si usas harina, no es necesario pero no viene mal. La consistencia
queda más fina con harina.
Viértelo todo en un cuenco y revuélvelo bien con una
cuchara. Déjalo reposar 5 minutos y revuélvelo de nuevo. Cuando se haya
enfriado lo suficiente, amásalo bien con las manos.
Precalienta el horno a 150°C. Divide la masa en 5 porciones
iguales y forma bollos ovalados y planos de unos 12 cm de largo y unos 2 cm de grosor.
Puedes hacer unas incisiones decorativas que luego sirven también para
partirlos en trozos.
Ponlos en una rejilla con papel de hornear y déjalos cocinar
unos 20 minutos o hasta que estén dorados.
Si no tienes ganas de usar el horno, también se pueden freír
en una sartén con aceite de girasol. En ese caso, es recomendable hacerlos más
pequeños. Fríelos por los dos
lados 4 o 5 minutos sin tapar la sartén hasta que queden dorados.
Te recomiendo que los comas en el día: si no, para el día siguiente puede utilizarse casi como arma contundente.
¡Que aproveche!
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